trastorno obsesivo

El trastorno obsesivo y el miedo a la libertad

La libertad es uno de los bienes más preciados que puede tener cualquier ser humano, ya sea individual o colectiva. La libertad política, económica, social e individual son conceptos necesarios para que una persona pueda desarrollarse adecuadamente y dentro de ellas la libertad de pensamiento y sentimiento son fundamentales.

Tenemos derecho a pensar y sentir lo que nos dé la gana, cosa diferente es la gestión de nuestros actos que deben guiarse por un principio cívico de compromiso con la comunidad de pertenencia, pero lo que se mueve en nuestro interior nadie lo puede condicionar.

Muchas personas con trastorno obsesivo tienen miedo a pensar o sentir deseo, atracción, rechazo, repulsión, envidia, celos, temor, resentimiento o amor hacia algo o alguien en concreto. También tienen miedo a pensar de modo diferente a lo que marcan los dos grandes puritanismos en los que viven o vivimos en muchas de las sociedades actuales, el puritanismo religioso o el relativista.

Si estás en una área dominada por el primero sabrás que todo se convierte en “pecado”, si vives en una dominada por el segundo te verás obligado a aceptar como verdad absoluta todos los postulados de la nueva ideología de la corrección que asola determinadas zonas del planeta, especialmente Occidente.

Y quiero aclarar que muchos, a nivel personal, nos posicionamos en contra, al menos en parte, de ambos puritanismos pero respetamos a aquellos que verdaderamente los creen y los defienden, y simplemente consideramos que cualquier persona puede no estar de acuerdo con ellos, incluso tener el derecho a expresarlo.

Es un hecho que la libertad de expresión está cada vez más atacada y restringida en todo el mundo.

Por eso es fundamental construir los propios principios sobre los que uno quiere vivir, no teniendo ningún temor a pensar o sentir de modo diferente a como sea obligado en su zona geográfica.

La vida es un pacto entre la biología y la ética, y requiere de una gestión inteligente para que consigas ser feliz, prosperar social y económicamente, avanzar como persona, aprender y hacer felices a los de tu entorno.

La responsabilidad y el trabajo deben ser compensados con cierto grado de placer, y nada de ello menoscaba, si es el caso, una visión espiritual o trascendental de la existencia. Quien se convierte en rígido y excesivamente riguroso acaba amargando su vida y la de los demás, quien sólo se deja llevar por los placeres destruirá su estabilidad psíquica.

Todo requiere de equilibrio y de cierta sabiduría, y para ello es fundamental ser libre en la forma de pensar y sentir, siendo capaz de expresarse sin temor, en caso de que ello sea necesario.

En la terapia del trastorno obsesivo este es un tema que introducimos cuando el tratamiento está más avanzado. Es importante que el paciente acepte pensar y sentir de forma libre, aunque su posicionamiento sea contrario al de su familia, al de su entorno y, por supuesto, al de su propio terapeuta. Otra cosa es que como ciudadano deba cumplir con las leyes de su país.

Y a nivel personal nos debería hacernos sentir muy bien tener un buen vínculo con alguien que piensa de un modo muy distinto al nuestro, en eso consiste la libertad y la convivencia.

Para acabar citaré una famosa cita de Voltaire: “No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defendería con mi vida tu derecho a expresarlo”.

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