“En la planta 46 y diecinueve relatos más” es mi primer libro de relatos, aunque no mi primera obra de ficción.
Anteriormente había escrito diez obras de teatro, dos de las cuales fueron publicadas y cuatro de ellas representadas por compañías profesionales, una de ellas a nivel internacional.
En esta, mi primera incursión, en el mundo de la ficción narrativa he tratado de crear un panorama diverso de personajes contemporáneos que deambulan entre la esperanza y cierto desaliento vital, entre lo soñado y no vivido y aquello que aún se les ofrece como oportunidad.
La diversidad sexual, socioeconómica y cultural, que puebla la realidad contemporánea se representa en los relatos y los personajes del libro. Elementos surrealistas y cierto humor complementan unas historias llenas de vida que se deslizan hacia un final, en muchas ocasiones, abrupto e inesperado.
El abuelo narcisista, la profesora enamorada de una alumna, la fiesta en un apartamento de Manhattan, la toma de conciencia del paso de los años, un inesperado “bromance”, el principio de realidad que aparece repentinamente, la soledad, la liberación de las cadenas que asfixian, y una idea fundamental que he tratado que impregne todo el libro: la de vivir sin miedo, sin dejar de asumir riesgos y aceptar las oportunidades que nos ofrece la existencia.
“En la planta 46” empecé a escribirlo en Cádiz, durante unos días de vacaciones que pasé en esa maravillosa y amable ciudad andaluza y lo acabé, lo continué en Barcelona y meses después, en Sevilla, donde me retiré unos días para finalizarlo.
- Cuando escribo suelo hacerlo fuera de Cataluña. Mi ciudad, Barcelona, no me inspira, bonita como es pero con una pulsión tan apagada, tan poco enervada, que para alguien como yo, ha dejado de latir. Espero que algún día retome el pulso y vuelva a ser una ciudad activa, emprendedora, llena de contrastes y exigente. Habitarla no debe ser un derecho pasivo sino un orgullo para los que pretendan merecerla. –
El título que da nombre a un relato y al libro surgió de un viaje que hice a Nueva York, en Septiembre de 2022, con un amigo y al que, en un momento dado le comenté: “A mí me gustaría vivir en la planta 46 de uno de estos edificios”. Caminábamos por el East Upper Side de Manhattan, cerca de donde nos alojábamos.
Es un libro transgresor, poco acomodaticio e ideológicamente…. Eso lo dejo para lo que cada cual piense, pero me sorprendió la agudeza literaria de la directora de la editorial Platero, quien me publicó, y que supo leer entre líneas, y de forma muy perspicaz, la visión del mundo que se ocultaba detrás de esas veinte historias.
Damián Ruiz