Tratamiento timidez.
Es evidente que la configuración genética de una persona influye sobre su modo de interaccionar con el mundo, y hay factores que predisponen a los individuos a una actitud más extrovertida, abierta, social, y a otros más introvertida, tendente a buscar espacios y ubicaciones donde no exista un exceso de estímulos provenientes del exterior. Y por supuesto es cierto que el clima es altamente importante, lo lógico es que en el trópico la sociedad sea mucho más extrovertida que en los países nórdicos.
Introvertido, no inseguro
Pero que uno sea introvertido, algo absolutamente normal, no significa que deba ser tímido, inseguro o permanecer aislado socialmente.
Si esto ocurre es que hay factores que están impidiendo la apertura social. Y lo más probable es que esa persona no haya recibido la seguridad y la enseñanza necesaria, por parte de quién correspondía, sus padres, especialmente el padre, para “salir al mundo”.
Aprender a explorar los territorios
El padre es el que muestra el camino, el que ayuda al chico o la chica a confiar, a comunicarse, a abrirse a los demás, a hacerles ver que el territorio de la comunidad, incluso que territorios más alejados son lugares donde uno puede estar sin temor, que es percibido y recibido como un miembro más.
Si el padre o la madre son temerosos, no están arraigados al lugar donde vive o están acomplejados por razones diversas, o simplemente no sirven de modelos referenciales para los hijos… estos se acabaran convirtiendo en personas tímidas e inseguras, y por lo tanto tenderán a aislarse.
El tratamiento en este caso será el de devolver la confianza y enseñar a explorar la vida sin miedo.
Damián Ruiz.
Psicólogo (Col.7884)
Analista junguiano (IAAP)
Barcelona.