Adicción al porno

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La adicción al porno es cada vez más frecuente. Ver porno por internet se ha convertido en un deporte mundial. Hay personas que se pueden pasar horas y horas. Y me pregunto ¿dónde está el interés? Porque si algo que ocurre en las películas pornográficas es que son tremendamente repetitivas y carentes de imaginación.

 

Puedo entender que, de vez en cuando, se visualice una escena, diez minutos, media hora. Vale, casi todo el mundo lo ha hecho, y además ¡es tan fácil! Pero otra cosa es pasarse el día buscando y mirando por la red.

¿Qué hay detrás de la adicción al porno?
Quien hace esto es porque vive en un estado apático y probablemente depresivo. Necesita algo con que estimular sus neuronas y que le mantenga en activo, aparentemente, porque en realidad está narcotizado.

¿Qué hay que hacer ante esto?

Ponerse un máximo de tiempo diario. Por ejemplo, media hora, y una vez consumido ese tiempo, no volver hasta el día siguiente.

Eso por una parte. Por otra, la continua presencia visual de contenidos sexuales en el cerebro hace que este empiece a necesitar escenas cada vez más fuertes, como una droga, y al final se puede acabar en la perversión, como mínimo, mental, y lo que supone esta de transgresión puede desequilibrar humana y emocionalmente a un individuo.

Por tanto, no se trata de moral, se trata de equilibrio en todos los sentidos, y este se encuentra fuera de cualquier extremo.

Damián Ruiz.
Psicólogo (Col.7884)
Analista junguiano (IAAP)
Barcelona.

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