Incapacidad para concentrarse.
¿Qué hace que alguien tenga tanta inquietud interna que no pueda concentrarse en una tarea, lectura o estudio?
La falta de hábitos y la falta de autodisciplina. Pero una lleva a la otra. Sobre todo la segunda lleva a la primera.
Todos los que hemos sido estudiantes de algo, hemos constatado que hay temáticas que no nos interesaban al principio pero que a base de mantenernos constantes en la lectura llegamos a encontrar interés en ello.
Personalmente recuerdo algunas materias de la carrera de Psicología que, de entrada, me produjeron tanta emoción como tratar de hacer fuego con dos piedras. – De todos es sabido que en nuestro país en las facultades de Psicología se estudia de todo menos psicología. Las materias que te llevan al conocimiento de la psique humana las tienes que estudiar un vez ya has alcanzado la licenciatura. Quizás exagero pero no voy muy desencaminado.-
Pero curiosa, y sorprendentemente, a uno le pueden llegar a gustar materias que de entrada no le producían ningún interés.
Y ese milagro ¿cómo se consigue?
Pues a través de la creación de hábitos “de hierro” a los que uno se va vinculando “sí o sí” para poder conseguir alcanzar los objetivos deseados.
Por tanto uno debe empezar a ser más severo consigo mismo, y al mismo tiempo, encontrar las fórmulas adecuadas par hacerlo lo más cómodo posible.
Si les sirve de ejemplo, yo nunca pude estudiar de noche, siempre lo hice a primeras horas de la mañana, puesto que mi energía, como la de muchas personas va unida a la luz solar, eso significa que a medida que el sol va oscureciéndose uno va perdiendo fuelle, y cuando amanece uno se encuentra pletórico de fuerzas.
Conocerse para aprender mejor
Por el contrario, hay muchas personas que estudian hasta las tantas de la noche, y se acuestan tarde. Por tanto hay que llegar a conocerse.
A igual que hay quien necesita aislarse en el más absoluto silencio y soledad, u otros, como el que les escribe, prefieren leer y estudiar en el ámbito de las bibliotecas, donde la gente entra, sale, se levanta y se puede tomar un café para hacer una parada.
Todos tenemos nuestro espacio adecuado, y nuestra forma ideal que nos ayude a concentrarnos. Eso sí, se requiere disciplina para no dejarse llevar por los impulsos o la distracción del momento. Todo ello se puede conseguir.
Damián Ruiz.
Psicólogo (Col.7884)
Analista junguiano (IAAP)
Barcelona.