Psicólogo y Analista junguiano en Barcelona y online.

21 junio, 2016

La cronificación de los trastornos psicológicos

cronificación trastornos psicológicos.

Existe una tendencia en la psiquiatría, por suerte cada vez más cuestionada por los nuevos especialistas de esta rama médica y también por algunos mayores más concienciados, a cronificar a las personas que pasan por determinados trastornos mentales.

Esta idea proviene de dos creencias fundamentales: todo es orgánico, como si el cerebro y toda su bioquímica tuvieran la complejidad de una suela de zapato, y todo es genético, esto es lo que te ha tocado y manejalo como puedas porque es lo que hay.

Prueba de ello son las ridículas oposiciones PIR en la que están enfrascados anualmente miles de jóvenes psicólogos con la esperanza de que les concedan algunas de las poco más del centenar de míseras plazas con las que aspiran a convertirse en asistentes de psiquiatras.

“A este enséñale a que salga, tenga amigos y se distraiga que le dio un brote psicótico y no sale de la habitación”.
“Sí bwana”.
Los colegios de psicólogos del estado en lugar de luchar por la dignidad de la profesión, aceptan estas migajas segundonas, cuando en realidad los especialistas en la psique humana somos fundamentalmente nosotros y sí, es cierto que nuestros tratamientos deben ser acompañados en muchos casos por fármacos, pero quienes podemos llevar a un paciente a la recuperación somos aquellos que creemos en la plasticidad del cerebro así como en que la genética, si bien predispone, no necesariamente condena.

Pero claro si un psiquiatra recibe cientos de pacientes en su consulta de la seguridad social, con el poco tiempo que tienen y lo mecanizados que se ponen, ¿qué es lo que finalmente puede acabar pretendiendo? En primer lugar que no se suicide nadie. Después, que no se vuelvan a brotar si lo ven como riesgo, y por último, que no den mucho por saco viniendo continuamente.

Los fármacos como normal general
Por lo tanto se tira por la banda alta de la medicación, así sedaditos están más tranquilos y no incomodan, esto además se hace, en muchos casos, con el beneplácito de la familia, sobre todo en ambientes rígidos donde el padre o la madre machacaron a algún hijo hasta decir basta pero luego la psiquiatría les dice que les ha salido así y que debe estar con fármacos hasta el final de sus días. Y todos tan contentos.

Pero hay psiquiatras y neurólogos jóvenes que se cuestionan tanto inmovilismo, y psicólogos que no aceptan ser meras comparsas de los organicistas. Y es que todavía existen esos centros con un psiquiatra con mentalidad de Tutankamon rodeado de psicólogas, porque las eligen chicas, tal que machos alfa, atendiendo como eminencias (algo que se encargan de atribuirse ellos mismos) a todos los súbditos que llegan a tomar sus pildoritas de turno.

Ah, ¿pero no conoce al Dr. tal? ¡Es una eminencia!
Esta frase propia de paletos habitantes de un patriarcado antiguo es bastante común. La eminencia resulta tener la eficacia de un berberecho pero ha conseguido ser obsequiado con tales atributos.

En definitiva esperamos que los pacientes empiecen a contar más con la psicología que entiende la mente humana desde una perspectiva mucho más abierta. Mientras tanto seguirá habiendo mucha gente condenada a la cronicidad, simplemente porque algún endiosado le ha sentenciado con ello.

No te conformes.

Damián Ruiz.
Psicólogo (Col.7884)
Analista junguiano (IAAP)
Barcelona.

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