Este libro, publicado en 2014 y revisado hace dos años, es mi propuesta teórica y práctica para el tratamiento del trastorno obsesivo, compulsivo o no.
En él explico, desde mi propia perspectiva psicológica, basada en la investigación teórica y en la praxis clínica, cómo se genera, se desarrolla y se puede llegar a mejorar significativamente, incluso superar en algunos casos, un TOC.
Después de años tratando centenares de pacientes, tanto yo como el equipo de psicólogos del IPITIA de Barcelona, hemos podido ir comprobando como muchas de las premisas de las que parte mi teoría funcionan adecuadamente en su aplicación práctica.
En “Liberar al mono, rescatar a la princesa” hablo de las circunstancias traumáticas por las que suele pasar una persona, normalmente, en su infancia o adolescencia, y que pueden ser puntuales, como una situación de abuso sexual o prolongadas en el tiempo, por ejemplo vivir en un medio familiar hostil y agresivo y que, además de la predisposición genética de cada individuo, pueden llevarle a desencadenar en un momento dado de su vida, cuando aparecen estresores, un trastorno obsesivo.
Después explico los diferentes tipos de TOC que existen y que nosotros tratamos, el más habitual el trastorno obsesivo de contenido homosexual y que suelen padecer, principalmente, varones heterosexuales.
- Como siempre reitero, la homosexualidad es una orientación sexual minoritaria pero tan “normal” como la hetero o la bisexualidad. Es decir cuando en mi consulta o en el centro que dirijo viene una persona con clara orientación homosexual pero egodistónica, es decir que “no se acepta”, le ayudamos a que lo haga y que integre completamente su orientación tanto a nivel sexual como afectiva, y que trate de vivirla con plenitud y satisfacción-.
Contenidos obsesivos centrados en la culpa, la agresión, la pederastia, la impulsión, la limpieza, religiosos, de orden, etc. son comunes para muchas personas que padecen este trastorno. Y de todo ello escribo.
En el libro también se habla de todo aquello que puede ayudar a mejorar un TOC. Tratándose de un trastorno de ansiedad como así lo consideramos, excepto cuando detectamos componentes de tipo psicótico (una minoría de casos), si conseguimos reducir la ansiedad-rasgo, es decir la que subyace en la estructura pśiquica de la persona, y que en un estudio interno que realizamos a nivel estadístico y que yo mismo presenté en el Congreso de Psicología Europea celebrado en Moscú en 2019, mostramos que era posible. Con una metodología de test-retest, pudimos demostrar, de una manera incipiente, que el TOC empezaba a aminorar sintomatológicamente.
Escribo también sobre las actividades, ejercicios y otras recomendaciones que el paciente puede realizar por su cuenta para poder empezar a trabajar con la intención de mejorar su trastorno pero siempre es recomendable la realización de una terapia psicológica, combinada, al menos en una primera fase, con una farmacológica (guiada por un psiquiatra), para combatir este trastorno.
“Liberar al mono, rescatar a la princesa” es un texto divulgativo, dirigido a las personas que padecen un TOC, sus familiares y profesionales de la salud que lo tratan y ofrece una perspectiva diferente, ecléctica e integradora, basada, como he dicho antes en un trabajo de investigación teórica en la que he ahondado especialmente en el estudio del comportamiento de los primates (primatología), en la teoría bio-psico-social de Theodore Millon así como lo que ha sido mi objeto de formación principal, el estudio teórico-práctico de la obra de Carl G. Jung, y que me llevó a convertirme en analista junguiano.
Respeto, como digo siempre y como no podría ser de otro modo, la línea cognitivo-conductual pero ni yo como psicólogo me adscribo a ella, ni personalmente creo en los principios que la sustentan (no sólo a nivel psicológico sino a nivel conceptual, existencial o filosófico), por muy oficial que sea o pretenda ser. E insisto, tengo amigos, colegas que la practican, que conocen como pienso, y a quienes respeto profundamente.
Mi concepto del ser humano incluye mucho más que un cerebro racional y una conducta que este articula. Existe la filogenética, la ontogenética y, en mi opinión, un arquetipo esencial que explica mucho más, en caso de disonancia con la realidad, el trastorno que no una creencia rígida en un materialismo orgánico que condena a quien lo padece.
Como mínimo este libro ofrece una visión diferente y alternativa sobre el TOC, y para aquellos que se sienten reflejados e identificados con todo lo que en él he escrito, una posibilidad de mejora.
Damián Ruiz