Libertad y Evolución (Procedimiento)
“Cuando la racionalidad se combina de veras con la irracionalidad, empezamos a ir más allá de ambas. Entonces se crea algo más, algo extraordinario que es atemporal y, sin embargo, totalmente nuevo, empezamos a ver lo ilógico de todo lo que normalmente se considera razonable y nos enfrentamos con una lógica implacable, de una fascinante coherencia, que aparentemente podríamos rechazar por completamente absurda”.
“En los oscuros lugares del saber”, Peter Kingsley
En muchas ocasiones los talentos y potencialidades que permanecen latentes en determinados individuos, lo sepan estos o no, presentan dificultades en emerger debido a que los condicionantes sociales así como los miedos e inhibiciones personales impiden su desarrollo. Esas capacidades están atrapadas en estereotipias, en procedimientos estratégicos más o menos hábiles y a la espera de que, de un modo u otro y tarde o temprano, las auténticas cualidades irán saliendo a la luz, alguien las reconocerá y todo empezará a cambiar.
De ahí que hoy, y desde hace años, se lean libros de autoayuda con todo tipo de métodos y estrategias, se contraten coaches para avanzar y comprometerse con determinadas líneas de actuación y se sigan procedimientos ajustados a una lógica realista, en ocasiones combinados con los ejercicios de visualización de elementos presentes o futuros que podrían llegar a materializarse. Y no seré yo quien diga que no funcionen, pues probablemente lo hacen.
En cambio, las antiguas mitologías griega y romana, a través de sus dioses, representaban las diferentes fuerzas alquímicas, en realidad bioquímicas, que subyacen en la naturaleza humana, es decir en su organización física: léase neurotransmisores, hormonas, impulsos nerviosos, etc. De tal modo que Hades o Plutón, dios del infierno y de los mundos oscuros, podría tener un cierto paralelismo con los déficits de recaptación de la serotonina en las personas que sufren una depresión y en cambio, la fuerza de Zeus o Júpiter y su capacidad de “lanzar rayos” de forma a veces arbitraria para aniquilar o despertar a “los otros”, podríamos conectarlo con la recuperación del equilibrio bioquímico del cerebro a través de la generación de endorfinas de forma masiva y continuada.
La cuestión es que detrás de todo el saber ancestral recogido en las diferentes tradiciones mitológicas, religiosas y místicas, existen claves de intervención práctica para ayudar a producir cambios en circunstancias de bloqueo y parálisis en las personas.
Por otra parte durante años me dediqué, paralelamente a mi formación como psicólogo y analista junguiano, a la lectura y estudio de determinados textos filosóficos o místicos, como la Biblia, el I Ching, el Bhagavad-gītā, a leer sobre taoísmo, budismo, alquimia cristiana, así como ensayos sobre la práctica de tradiciones ancestrales en todos aquellos aspectos que tenían relación con los procesos de liberación.
Siempre me interesó descubrir las claves metafóricas y simbólicas de lo que hoy en día podría ser traducido en nombres claramente científicos.
La ciencia, tal como hoy la conocemos, no es más que la culminación de un conocimiento que durante siglos se desarrolló por otros cauces, fundamentalmente a través de la contemplación, la meditación, la “incubación”, y el ensayo-error en su nivel más experimental.
La cuestión es que hoy en día están en boga los rituales basados en el uso de sustancias como la ayahuasca, en menor grado con el peyote, y ello con el fin de acceder, supuestamente, a niveles de autoconocimiento y conciencia elevados. Pero mi pregunta siempre fue, y es algo sobre lo que he indagado, ¿es posible alcanzar, en personas sanas y sin riesgo psíquico, estados de trance o de disolución sin el uso de ningún alucinógeno? Y mi respuesta es sí, es más, creo que se puede llegar a ese estado sin perder la conciencia y teniendo en todo momento claridad sobre lo que se está vivenciando.
Se trata fundamentalmente de activar a la persona mediante la música, el movimiento y la respiración, así como reunificarla posteriormente mediante el silencio, el orden, y la canalización de las energías desbloqueadas. Es un trabajo fundamentalmente psicocorporal dirigido a personas psicológicamente sanas, es decir que no presentan ningún tipo de rasgo de vulnerabilidad psíquica ante este procedimiento, y que desean alcanzar de una manera más visceral y directa una mayor conciencia y libertad, así como una fuerte determinación en dirigirse hacia sus objetivos vitales.
¿A quién se dirige este procedimiento?
En primer lugar hay que decir que es un proceso “no terapéutico”, por tanto no es un tratamiento psicológico para ningún trastorno o problemática mental o emocional. Dicho esto, se dirige a todas aquellas personas, mayores de edad, que en condiciones de estabilidad mental y emocional adecuadas, quieren liberarse de bloqueos, miedos, culpas irracionales, inhibiciones, inseguridades, baja autoestima, de la falta de atrevimiento y valor, para así poder posicionarse vitalmente, a nivel biosocial, de un modo más fuerte, firme y decidido.
Para poder acceder a este tipo de actividad será imprescindible realizar previamente una o dos entrevistas en las que se analizarán las circunstancias vitales, psicológicas y emocionales del paciente y, en caso de que se considere apto para acceder a este trabajo psicocorporal, se le explicará exhaustivamente en qué consistirá todo lo que se realice y qué se puede llegar a esperar de ello.
El pago se realizará por sesiones, por tanto no habrá ningún compromiso de continuidad.
Las sesiones serán presenciales y, de momento, individuales.
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