Trastorno límite.
Lo primero que tiene que hacer una persona diagnosticada de trastorno límite es una analítica de litio en sangre para comprobar el nivel de presencia de este elemento químico, no fuera que estuviera demasiado bajo y hubiera que compensarlo. Pero esto es un médico quien debe orientarlo.
El trastorno límite de la personalidad, a nivel emocional, se manifiesta básicamente a través de la hiper-reactividad, es como si hubiera un desequilibrio de base que lleva a la persona a vivir con extrema intensidad toda suerte de situaciones vitales.
Carencias en el terreno afectivo
No me extenderé en este blog, ya lo haré en futuros artículos más adelante, sobre cómo compensar esa predisposición bioquímica que surge de una mezcla de herencia genética y trato recibido. La mayoría de las personalidades limítrofes en el terreno afectivo han vivido bajo una fuerte opresión, ya sea en su infancia o en su adolescencia, y se ha producido un desgaste interno psíquico severo derivado de una gran contención que en un momento dado “explosiona”, muchas veces en forma de brote psicótico. Y es que la psique no puede más y, a forma de erupción volcánica, se libera.
¿Que se puede hacer para recuperarse del trastorno límite?
Si esa persona tiene la suerte de no dar con un psiquiatra organicista que la tenga sedada toda la vida con antipsicóticos puede iniciar un proceso paulatino de recuperación. Lo primero que tiene que hacer es realizar por una parte deporte o ejercicio físico de cierta envergadura y, por otra, practicar técnicas como el yoga, el Qigong o el Chi Kung. Aparte de tener un seguimiento médico y psicológico. Todo ello te ayudará a equilibrar la bioquímica del organismo de forma natural.
Damián Ruiz.
Psicólogo (Col.7884)
Analista junguiano (IAAP)
Barcelona.