El tratamiento del TOC

Damián Ruiz

Cuando hace ya casi veinte años apareció un joven en mi consulta privada de Barcelona diciéndome que llevaba años padeciendo y tratándose del TOC y que su nivel de sufrimiento era insoportable inicié un proceso de investigación teórica a través de lecturas, de todo tipo, menos de la línea cognitivo-conductual, la cual nunca me ha interesado.

(Comento aquí algo significativo)

  • Cuando era un joven profesor asociado de la facultad de Psicología de la Universidad de Barcelona el jefe del Departamento de Personalidad, al que yo pertenecía, me dijo que de querer seguir como profesor debía hacer un doctorado en “Cognitivismo duro”. Creo que lo pensé durante poco tiempo. No quise. Eso no significa que de haberlo hecho hubiera continuado allí, pero lo tuve muy claro.
  • No creo en ninguna línea terapéutica que no considere el inconsciente y mucho menos que se focaliza principalmente en el síntoma.
  • El síntoma obsesivo es como la fiebre y lo que hay que buscar es la causa.
  • A partir de ahí todo mi respeto a los profesionales de esa corriente psicológica).

La cuestión es que por los dos motivos que más me estimulan en mi profesión:

  1. Empatizo con el sufrimiento ajeno.
  2. Me gustan los retos psicológicos.

De esta forma fui poco a poco avanzando en lo que acabaría siendo un procedimiento terapéutico integrador y ecléctico en el que convergen elementos de la teoría de Carl G. Jung, de la primatología, de la perspectiva de Theodore Millon o de determinados conceptos de Alexander Lowen y Wilhelm Reich y si me apuran, conceptualmente, de Friedrich Nietzsche.

Y así empecé a trabajar terapéuticamente. Creo sinceramente que en muchos casos es altamente efectiva esta metodología, lo que ocurre es que el poder omnipresente del conductismo en España y su “oficialidad” tanto académica como en la red pública de sanidad apenas deja margen para una alternativa, independientemente que en, su momento, presentara, junto a miembros del equipo que dirigía, resultados estadísticamente comprobados, sobre la reducción de la ansiedad-rasgo en pacientes con TOC, en el congreso de psicología europea celebrado en Moscú en 2019.

Ya se sabe que si en un caso no funciona una terapia en un paciente, pero esta es la oficial, se minimiza, y, en cambio, eso mismo en una nueva línea, se magnifica.

En todo caso, no hay milagros, que yo confíe plenamente y pueda afirmar que hay y ha habido muy buenos resultados en el tratamiento del TOC no quiere decir que haya sido así para todos los pacientes tratados, pero sí en un porcentaje bastante considerable.

Y ¿en qué se basa esta terapia?

Partiendo de la posible predisposición genética del TOC, lo importante es encontrar la causa o causas que lo pudieron desencadenar (Y SIEMPRE EXISTEN), normalmente en la infancia o en la adolescencia. O bien que tipo de trato se recibió por parte de los padres o tutores, tanto el exceso de rigidez como la sobreprotección ansiógena pueden ser factores activadores del trastorno obsesivo, aunque sea años después.

Una vez conocido el origen, buscar cuales han sido las emociones o pulsiones bloqueadas y en qué aspectos se ha instalado el miedo y/o la culpa.

El TOC es un trastorno de ansiedad, con componentes depresivos subyacentes, y las dos emociones que subyacen son, repito, el miedo y/o la culpa. Las personas con TOC, más allá de rituales mentales o conductuales, piensan en lugar de vivir y viven tratando de evitar que ocurra nada negativo.

Por tanto, si esto es así, lo lógico es trabajar sobre esas dos emociones a las que añado una: el deseo. Porque la ausencia de deseo, en el sentido de motivación, de pasión, implica que no hay conexión auténtica con la existencia.

Y ¿cual es, en resumen, el procedimiento terapéutico?

Sacar del foco el síntoma obsesivo.

Focalizar en todo lo reprimido, lo que asusta, lo que se teme y lo que genera culpa y procurar activarlo progresivamente.

El contenido del TOC, sea este de orientación sexual*, de contaminación, de orden, sea éste cual sea siempre es metafórico, nunca es literal. 

En mis sesiones hablo muy poco del TOC porque lo que pretendo es desarrollar el lado sano que ha sido bloqueado de cada paciente, muchas veces castrado psíquicamente.

Para salir del TOC hay que volver a la existencia de una manera claramente activa, y aunque suene naïf es imprescindible recuperar cierta alegría de vivir. Y a medida que el campo psíquico  se amplía con nuevos contenidos emocionantes la ansiedad empieza a disminuir y el TOC a partir de cierto punto, a descender, de forma natural.

* Aclarar que nada tiene que ver el TOC de orientación sexual con la homosexualidad egodistónica. En el primer caso el paciente nunca puede llegar a concluir nada, puede pasar años comprobándose sin poder alcanzar un criterio permanente. En el segundo el paciente sabe que le gustan las personas de su mismo sexo, es decir, no duda, pero no lo puede aceptar o integrar por prejuicios de uno u otro tipo.

Al primero hay que ayudarle a salir del TOC, al segundo a que acepte su orientación sexual y la viva con plenitud.

Damián Ruiz

www.damianruiz.eu

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