Tratamiento de la obsesión y del Trastorno obsesivo compulsivo.
El trastorno obsesivo compulsivo es lo más parecido a vivir en una cárcel creada por uno mismo donde se es al tiempo preso y guardián.
¿Qué genera los pensamientos obsesivos?
¿Por qué se empeñará el cerebro de los obsesivos y ya no digamos de los afectados por un Trastorno Obsesivo Compulsivo en repetir y repetir el mismo tipo de pensamiento o el mismo tipo de conducta una y otra vez? Hagámonos otra pregunta: ¿Para qué le servirá al cerebro producir ese tipo de circuito neuronal tan fatigante? ¿Por dónde no quiere pasar? ¿Hacia dónde no quiere ir?
Imaginemos un juego virtual donde nos colocan en medio de un paisaje con diferentes espacios a los que se puede llegar a través de diversos senderos. Cada uno de esos caminos conduce a uno de esos espacios y en cada uno de ellos encontramos posibilidades y experiencias nuevas, podemos sentir emociones variadas y también podría ser que uno de esos lugares nos gustase tanto que decidiéramos quedarnos allí a vivir. Sólo hay un problema: no podemos saber lo que hay al final del camino hasta que lleguemos, aunque durante el trayecto ya empecemos a intuir lo que habrá.
Imaginemos además que no tomar ninguna decisión nos obligaría a permanecer en un sitio pequeño y cerrado, en el que no ocurre nada malo aunque tampoco nada bueno, simplemente estamos allí repitiendo constantemente el mismo recorrido.
¿Quién haría eso? ¿Usted lo haría? ¿Qué temería que pasara si saliera de allí y empezase a caminar a través de uno de los recorridos? ¿Qué le hace a alguien permanecer sin moverse?
¿Qué es lo que frena a una persona con un Trastorno Obsesivo elegir la libertad?
Bien, vamos a seguir activando nuestra imaginación y pongamos que uno de los caminos lleva al espacio donde se encuentran la rabia y al resentimiento, otro a la libertad individual, otro nos conduce a conectar radicalmente con aquello que somos, otro a un mundo mágico de fantasía, otro a una fuerte agresividad, competitividad social y ambición, y por último otro, podríamos añadir muchos más, que lleva a una sexualidad pletórica y lúdica.
Además demos por hecho que la persona que no se mueve de la primera casilla fue educada en un estricto ambiente o bajo paradigmas rígidos, independientemente que lo hicieran amablemente (las peores dictaduras son aquellas que se imponen con una sonrisa en los labios y ante las que uno no se puede ni rebelar). Y por lo tanto, si saca un pie de allí todos los terrores empiezan a hacer acto de presencia sufriendo así un Trastorno Obsesivo Compulsivo para el que será necesaria la ayuda psicológica.
¿Comprendemos ahora un poco más por qué no sale?
Bien, la terapia y la ayuda psicológica para superar cualquier Trastorno Obsesivo Compulsivo sirve para moverse y empezar a jugar, y eso supone asumir algún riesgo.
Si algo se acerca a la idea de liberación es el proceso terapéutico que conduce al abandono de la obsesión y, por tanto, a la superación del Trastorno Obsesivo Compulsivo.
Damián Ruiz.
Psicólogo (Col.7884)
Analista junguiano (IAAP)
Barcelona.