El TOC de orientación sexual

Damián Ruiz

 

¿Cómo se puede diferenciar un trastorno obsesivo sobre la propia orientación sexual, es decir la duda sobre si quien lo padece es homosexual, de la homosexualidad egodistónica o no aceptada?

Responderé de una manera clara y concisa, la persona con un TOC de contenido homosexual nunca puede llegar a concluir. Este es el concepto clave que diferencia ambas problemáticas. 

La duda es permanente, ahora sí, dentro de dos horas no, ahora acepto que soy homosexual, al cabo de un rato pienso que no, que nunca me han gustado los chicos, ahora he visto un hombre que me ha parecido atractivo, por tanto sí lo soy, un tiempo más tarde me doy cuenta que sólo me gustan las mujeres… y así suma y sigue constantemente, en un permanente bucle de comprobación y duda.

En cambio en la homosexualidad egodistónica la persona no duda, sabe de su homosexualidad, sabe de su atracción por las personas de su mismo sexo pero no quiere admitirlo, no puede integrarlo, por cuestiones morales, familiares, sociales, etc.

Esta es la gran diferencia, mientras en el TOC se duda y comprueba permanente, en el otro caso se sabe pero no se acepta.

 

  • La homosexualidad es una variante de la sexualidad humana que representa, en cualquier época, cultura o sociedad, entre el 5 y el 10% de la población. Y es, a nivel psicológico y orgánico, tan normal como la heterosexualidad  aunque minoritaria. –

 

Pero después de esta aclaración insisto en que, por mi experiencia terapéutica, ninguna persona que yo he tratado con TOC de orientación sexual ha resultado ser homosexual.

Y quiero dejar claro que cuando he tenido y tengo pacientes con una homosexualidad egodistónica mi trabajo consiste en que la integren, la acepten y la vivan en plenitud, libertad y responsabilidad. Pero son dos cosas completamente diferentes.

 

Respecto al tratamiento del trastorno obsesivo con este contenido la terapia consiste en reforzar la determinación, la seguridad, la autoestima, el valor y activar una agresividad adecuadamente canalizada para salir de este bucle interminable.

En el fondo, aunque parezca simple, es una cuestión de libertad y de ocupar el lugar que al paciente le corresponde en su hábitat social.

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