superar un trastorno obsesivo.
Aunque para el paciente obsesivo lo que considera más importante es el motivo de la obsesión, es decir la temática que ronda reiteradamente en su pensamiento, en realidad es lo menos significativo. Y es que los temas pueden ir variando por épocas, pasando de unas cuestiones a otras, ahora se centra la mente en esto, semanas después en aquello… Pero en realidad lo que está pasando es que cualquier contenido que tenga cierta conexión con lo que le sucede a nivel inconsciente puede ser sobrecargado energéticamente de manera que no puede dejar de estar presente.
Tratar la causa en vez de tratar de parar el pensamiento
Si tratamos de enseñar a parar el pensamiento, o a desviarlo cuando el contenido aparece estaremos haciendo una buena labor de entreno, pero si no resolvemos el problema de base no estaremos consiguiendo una curación completa.
Por tanto los pasos que sigo yo en el tratamiento de pacientes con trastornos obsesivos son los siguientes:
Conocer en profundidad la historia personal del paciente.
Conocer cuáles son los motivos de obsesión más recurrentes.
Empezar a ordenar la historia personal, de manera que podamos encontrar la clave que desencadenó la obsesión.
“Vivenciar” física, psíquica y emocionalmente momentos puntuales de la historia vital.
Trabajar con ejercicios de respiración y movimiento que puedan permitir al cuerpo transformarse en símbolo de acontecimientos bloqueados.
Desanudar algunos contenidos del inconsciente para que puedan ser integrados plenamente.
Empezar a introducir cambios en la propia vida, cambios deseados y que empiecen a ser sentidos con motivación por parte del paciente.
Esto ha llevado, con más o menos tiempo, a la curación de personas con graves trastornos obsesivos. El trabajo es holístico y muy personalizado. Es imprescindible no tener una hipótesis previa a lo que le sucede a un determinado paciente. Y también es fundamental utilizar la propia intuición y el propio instinto durante el tratamiento, de alguna manera, hay que salir de lo mental para que el espacio terapéutico sea un espacio auténtico de vida.
Damián Ruiz.
Psicólogo (Col.7884)
Analista junguiano (IAAP)
Barcelona.